Un suave, leve sesgo hacia cierta abstracción formal hondamente arraigada en sus motivos predilectos, la cultura popular, urbana y rural, de una Mexico onírico, vivido desde la interioridad del afecto, caracteriza la obra de Carlo Lope.
Tonalidades de suaves contrastes en acrílico sobre macocel despliegan una imaginaria entrañable donde prevalecen azules fríos, verdes y rosas, recreando con soltura una vasta tradición de policromía discreta y gozosa sobre el contorno de figuras, paisajes y objetos.
Escenas de un Mexico lúdico y costumbrista, imaginaria intima y popular con sabrosos acentos emblemáticos pero nada folklóricos, de una flagrante identidad.
Sus cuadros parecen entregarnos una inédita síntesis donde conviven elementos del a composición cubista con el paisaje impresionista.

Nació el 10 de diciembre de 1962 en la ciudad de Mexico D.F. Estudio arquitectura en la UNAM, luego pintura, grabado, y escultura en la escuela ¨La Esmeralda”